El turismo abre la muralla
La descentralización del turismo, como combatir la desestacionalización o la actividad irregular, es uno de los grandes retos de toda ciudad turística. En Sevilla, con el conjunto Patrimonio de la Humanidad de la Catedral, el Real Alcázar y el Archivo de Indias concentrados en el centro peatonal, a pocos pasos de distancia entre ellos, no faltan las iniciativas para sacar a los visitantes a otras áreas que también tienen mucho que ofrecer. Triana es el barrio más visitado, las Setas de la Encarnación son una foto que todo turista tiene que llevarse de vuelta, y a cada poco surge una nueva atracción, un festival, un reclamo diferente para renovar un destino maduro. Ahora Sevilla recupera sus murallas.
Haciendo del defecto una virtud, el Ayuntamiento de Sevilla ha procedido de urgencia a rehabilitar las Murallas de la Macarena, que se encontraban deterioradas por la aparición de especies vegetales, y habilitarlas para las visitas turísticas. El tramo comprendido entre la Basílica de la Macarena y la Iglesia de San Hermenegildo requerirá más de 16.000 euros, permitiendo a su finalización disfrutar de este monumento de origen almohade que se encuentra protegido como Bien de Interés Cultural.
El lienzo de la Macarena, de poco más de un kilómetro de longitud, constituye uno de los escasos testimonios que se conservan en la ciudad de la antigua muralla que cercó Sevilla hasta el siglo XIX, junto con las puertas y postigos históricos que también han ido desapareciendo.
Los viajeros y los propios sevillanos tendrán ahora una nueva razón para ampliar el radio de su visita. Las murallas, junto con la basílica, el Hospital de las Cinco Llagas, la Alameda de Hércules, el Espacio Santa Clara, próximamente la Iglesia de San Luis de los Franceses.... tienen cada vez más motivos para poner rumbo norte desde el casco antiguo.