El daño del spot de Cruzcampo



Nota aclaratoria: no vamos a decir que en Sevilla no hace calor. Este post no va de negar la evidencia, esto va de la insistencia puntillosa de abrir informativos con los (nada fiables) termómetros callejeros en 48ºC, de los caballos exhaustos que beben en la fuente de la Plaza de España y de los turistas con cara de sofoco que se abanican a la desesperada con un mapa. Lo que le faltaba a una ciudad donde la sombra está en retroceso –el arboricidio es tendencia– es que uno de sus símbolos, la Cruzcampo, viniera a decir que no es que el sol duerma en Triana (y la luna en Santa Cruz, como dice la canción), sino que lo tenemos todo el día sobre nuestras cabezas. Ya sabemos que el verano tiene días duros, pero escuchamos poco de las deliciosas veladas en las terrazas de Sevilla. El humor vende en publicidad y el sentido del humor, entendido como la capacidad de saber reírse de uno mismo, es síntoma de inteligencia; pero en la época en que se deciden las vacaciones intenten no recordar a nuestros potenciales visitantes que, a menos que nos invadan los extraterrestres, no van a encontrar alivio en la abrasadora Sevilla.