Ucrania, daño colateral


El Gobierno de Moscú realizó hace unos meses una campaña por toda Europa declarando su "aperturismo" (y así mismo se declaraba por entonces) a los viajeros europeos. A bordo de los autobuses de City Sightseeing, los mensajes del Comité de Turismo de Moscú alentaban a visitar la ciudad. Como centro logístico y nudo de comunicaciones, Moscú es destino obligado para los viajeros de Rusia, pero la cifra de extranjeros aún tenía mucho margen de mejora. En esas andaban las instituciones y las empresas rusas dedicadas a la industria del turismo cuando se han encontrado con el conflicto militar con Ucrania.

Como se puede leer en esta información de The Moscow Times, los tour operadores rusos ya han alertado del impacto negativo que la escalada de tensión está teniendo en el sector. Las cancelaciones de viajes están lloviendo y las nuevas reservas se están frenando al ser los meses de abril y mayo el momento clave para las contrataciones para la temporada de verano.

Las cancelaciones están llegando incluso desde mercados tradicionalmente fieles al turismo ruso, como Polonia y Finlandia, y por supuesto también desde Estados Unidos y algunos países latinoamericanos después de la condena de Washington a la actividad rusa en Ucrania. Incluso desde China, un país neutral en el conflicto, los viajeros se han inhibido de visitar Rusia a la vista de los acontecimientos.