Turismo y tecnología ponible

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Era inevitable que llegara al turismo la tendencia de crear tecnología que puede llevarse puesta. Eso que internacionalmente llaman 'wearable' (de vestir, de ropa, ya se sabe). Y dentro de esta corriente, las Google Glass son acaso su punta de lanza aun antes de salir a la venta. Todo el mundo intenta coger posiciones para cuando el gigante tecnológico haga circular su último gadget y no cesan de aparecer aplicaciones prácticas, ya sea una cinta de correr o una experiencia turística. Nos detenemos en lo segundo, como es natural.

En la última edición de Fitur y Fiturtech, la empresa Droiders levantó gran expectación como desarrolladora oficial en España de Google Glass. Adelantando algunas de las posibilidades que ofrece esta innovación, la compañía ya trabaja con su aplicación Concierge.

En Sevilla, a través de Past View, los viajeros ya pueden disfrutar de un viaje en el tiempo simulado a través de unas gafas que ofrecen realidad aumentada.

Precisamente la realidad aumentada es una de las grandes esperanzas de todos los que tienen algo que contar a los viajeros y quieren hacerlo de una manera visual y atractiva. Salvo honrosas excepciones como Past View, el desarrollo de esta tecnología no termina de satisfacer por el momento, al menos en su aplicación más popular a través de smartphones.

Al fin y al cabo el móvil también lo llevamos puesto en nuestro día a día y cada vez nos resulta más útil: buscar información, consultar lugares a través de geolocalización, comprar, reservar, compartir la experiencia... El teléfono es cada vez más indispensable en la manera en que disfrutamos de un destino turístico y ya sólo falta que la Unión Europea cumpla su voluntad de acabar los abusos por roaming para que los smartphones acaben de destaparse por completo como la gran herramienta de consumo en el turismo.

Mientras tanto, seguiremos asistiendo al lanzamiento de otros muchos hallazgos que nos permitan llevar tecnología en la ropa, como accesorio o de cualquier manera que no nos suponga una molestia cargar con ella –eso que llaman wearable– y de este modo enriqueciendo la experiencia de viajar.