Integración o intrusismo
Hidden City Tours ha anunciado que este sábado 5 de octubre comienza a ofrecer visitas por el barrio Gótico de Barcelona usando como guías turísticos a personas 'sin techo'. La empresa, que replica las experiencias de ciudades de Reino Unido como Londres y Bath, ha seleccionado a sus guías a través de una ONG barcelonesa que les proveía de alojamiento temporal y que los ha formado junto a una historiadora local para poder desempeñar su nueva labor. Puedes leer el servicio de Europa Press aquí.
Y ahora viene la otra cara de la moneda. El turismo, uno de los escasos motores de la economía española que sigue respondiendo en época de crisis galopante, es también uno de los sectores más castigados por el intrusismo. Entre alojamientos no reglados, taxis piratas y guías turísticos improvisados, los profesionales que pagan sus impuestos y que cumplen con las reglas tienen que afrontar, además del desplome del turista nacional, una competencia desleal.
De otro lado, el turismo es una industria lo suficientemente sólida y generosa como para abrazar iniciativas solidarias y para contribuir a mejorar el mundo. El Día Mundial del Turismo propone cada año un lema relacionado con los objetivos del milenio que están orientados a la sostenibilidad, el trabajo social y demás. Iniciativas como la de Hidden City Tours –siempre que no haya un lucro basado en la situación de necesidad de los homeless– pueden tomarse como un intrusismo positivo. El que hay que combatir es el otro.
Foto: Luis Olivella