Gozo para el relax


Las vacaciones de verano suelen equivaler a calma, relax y desconexión. Tras meses de duro trabajo, se llega al periodo vacacional con el anhelo legítimo de olvidar los quehaceres cotidianos y desaparecer del mundo durante unos días. Y no existe mejor lugar en el que cumplir nuestros deseos que Gozo, aquella legendaria isla en la que Calipso hospedó a Odiseo, resultando el mítico héroe de Homero el primer 'viajero' que llegó a la isla hallando reposo.

La temporada estival es una época fabulosa para conocer la isla. Y es que Gozo es conocida por ser un tranquilo rincón en el que cambiar de aires y de ritmo. Se trata, sin lugar a dudas, del lugar idóneo para aquellos que quieren desconectar y recuperarse.

El encanto de la hermana de Malta se palpa nada más pisarla: se trata de una isla más verde, rural y pequeña, un enclave en el que las estaciones, la pesca y la agricultura dictan el ritmo pausado de la vida. La proximidad del mar es omnipresente, lo que garantiza agradables baños y deliciosos paseos entre calas diminutas, playas de arena roja, bahías de color turquesa, extensiones de piedra caliza intercaladas con pequeñas salinas o majestuosos acantilados descolgados sobre aguas cristalinas.



Otro de los enormes atractivos que posee Gozo para los veraneantes ávidos de descanso son sus hermosos pueblos en los que parece que el tiempo se detiene. Los ciudadanos de Gozo aprecian muchísimo la paz, circunstancia que se refleja fielmente en sus sosegadas aldeas, parajes ideales para desconectar del ajetreo cotidiano.

Alojarse en una casona rehabilitada de 400 años de antigüedad o en una elegante villa rústica, redondeará unas vacaciones perfectas. Las villas o casas de campo conceden intimidad y son más familiares que los hoteles. La mayoría de estas propiedades se encuentran en pueblos; así, los visitantes tienen la oportunidad de vivir al ritmo de la isla, disfrutando del ambiente isleño con tranquilos atardeceres, productos frescos y los vecinos que siempre reciben a los extranjeros con una sonrisa. La mayoría de las casonas o villas tienen piscina particular.



Como guinda, la isla ofrece lugares históricos, fortalezas y vistas sobrecogedoras como el templo prehistórico mejor conservado del archipiélago, en Ggantija. La capital de Gozo, Victoria, cuenta con una Ciudadela que alberga el Museo de la Catedral, el Museo Arqueológico, el de Historia Natural y el de Artes Populares. Pero probablemente el elemento más fotografiado de la isla sea la Ventana Azul, una ventana al mar que las olas han abierto en la roca con el paso de los años.

Para los turistas activos que además de relax busquen aventura, Gozo presume de un terreno accidentado ideal para hacer trekking, senderismo, mountain bike y escalada. La costa y el agua que la rodea dan la oportunidad de navegar, hacer windsurf y snorkel, montar en kayak, pescar y bucear.