Praga, la musa de los corazones
Praga desborda romanticismo por cada poro, transformándola y mostrando sus diferentes facetas en cada estación del año. Pero si a esta ecuación se le añade una pareja y el mes de febrero, el resultado es San Valentín. En febrero, las pintorescas callejuelas de la encantadora Praga parece que hubieran sido creadas para dar paseos al anochecer y culminarlos con una cena romántica en alguno de los restaurantes praguenses. Miles son las opciones para disfrutar de un San Valentín de ensueño en la capital de República Checa, que acoge a los enamorados como si regresaran al hogar.
No hay nada más romántico que pasear por las calles de noche, montados en un carruaje, o sellar el amor compartido con un candado para siempre. El ambiente de cuento de hadas no hace más que acrecentar lo que ya existe.
En Praga hay un sinfín de posibilidades de alojamiento para todos los gustos, pero si prefieres un ambiente palaciego, nada mejor que el hermoso recinto recién reformado en Trnová. Aquí podrás descansar en la terraza o en el jardín del palacio, en la piscina o disfrutar en pareja mientras os dan un buen masaje, disfrutando de la privacidad y tranquilidad que este palacio situado en las proximidades de Praga ofrece. Además, precisamente para San Valentín, han preparado un romántico menú que incluye la degustación de un exquisito vino de la bodega del mismo palacio, para subir después a la habitación. Más información aquí.
Praga es muchas cosas, pero algo que nadie podrá dudar nunca es ese romanticismo que ha inspirado corazones de todas las épocas.